En Chihuahua las nuevas generaciones que tomarán las riendas en sus manos en todos los aspectos, se encuentran preparados para los retos actuales y que posiblemente quienes nos asumimos como “mayores”, no logramos ver que este mundo cambiante requiere de nuevas perspectivas, de nuevas visiones y sobre todo con la convicción de los futuros cambios.
Esto viene luego que durante esta semana se celebró el día del estudiante y tuvimos la oportunidad de festejar con muchos de ellos y de distintas secundarias, preparatorias y universidades, donde me volvieron recuerdos cuando cursaba mi carrera en la facultad de Derecho en la Universidad Autónoma de Chihuahua, mi alma mater que siempre recuerdo con mucho estima, muchos amistades surgieron de ahí y que hoy somos parte de la Cuarta Transformación.
En los festejos del día del estudiante tengo siempre en memoria que siempre me tocó estudiar a pestaña quemada por los exámenes, imagino que actualmente sigue pasando lo mismo, sin embargo me siento satisfecho de cada momento que viví como estudiante, en donde nuestros maestras y maestros nos advertían y auguraban nuestro futuro laboral y profesional, en aquel momento al tiempo que cursaba la carrera también me sumé a la lucha social partidista, para respaldar el proyecto de Andrés Manuel López Obrador.
Tengo la fortuna de haber vivido desde joven aquellos años de resistencia, de marchas, plantones, organización y movilización, donde fueron pasando los años y el movimiento iba creciendo y consolidándose para finalmente lograr aquel sueño democrático de la izquierda, y así llegó la cuarta transformación a México, orgullosos quienes entregamos esos años de nuestras vidas a esta causa histórica, y que ahora desde las entrañas del partido se busca y se aplica, el que los jóvenes sean parte importante del fenómeno político social que gobierna el país.
Para nuestro partido movimiento, las juventudes son un pilar fundamental para la consolidación y continuidad de la cuarta transformación, la importancia de los jóvenes se basa en su rol como agentes activos de cambio, las políticas públicas dirigidas a ellas y los retos que enfrentan, hoy podemos decir con orgullo que nuestras dirigencias están encabezadas por gente joven que vino desde las bases del movimiento.
La presidenta Claudia Sheinbaum ha enfatizado que la cuarta transformación “es con las y los jóvenes o no será", citando a Salvador Allende para subrayar su rol revolucionario, lo que refleja la visión de que los jóvenes no solo son beneficiarios, sino actores esenciales en esta transformación y donde también se promueven los liderazgos y participación activa.
Mientras la desmoralizada y caduca oposición sigue anclada en la visión del emprendedurismo, el individualismo y la competencia como ejemplos que supuestamente deben seguir las juventudes, en la transformación nuestra visión es totalmente distinta, donde nos enfocamos en impulsar la conciencia social y colectiva, donde el bien común sea la prioridad, donde todos crezcamos y nadie tenga carencias, mucho menos de lo básico, por eso la importancia de los programas sociales a la par de construir las circunstancias que permitan el crecimiento económico, pero también social, la solidaridad y el apoyo mutuo entre todos los individuos.
La imagen de la juventud en la izquierda tiene mucho peso, por figuras como Ernesto, el Che Guevara, un ícono no solo de juventud, sino de rebeldía ante la injusticia, de revolución y de conciencia social, de transformación y de tomar la bandera del cambio, a pesar de ser una imagen repudiada por el ente económico y el neoliberalismo, el Che es un símbolo mundial de la revolución, incluso y al grado de convertirse en una bandera para muchos otros movimientos.
La visión de la 4T es clara: sin la participación activa de las juventudes, la transformación no será completa, para consolidar este proyecto es crucial seguir fortaleciendo políticas inclusivas y mecanismos que empoderen a los jóvenes como protagonistas del cambio en México.
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