Luego de meses de zozobra, lagrimas, quejas, críticas y rechazo por parte de la cúpula que controla el Poder Judicial, la oposición, entes económicos y el desdibujado PRIAN, esta semana finamente se logró implementar el “Plan C”, que propuso el ex presidente Andrés Manuel López Obrador, cuando de manera arbitraria se desechó la aprobación mayoritaria del Poder Legislativo, para la reforma energética, ese fue el momento que se visualizó lo que vivimos los mexicanos el domingo pasado.
Se trata de un momento histórico, no solo para México, sino para el mundo, porque estamos sembrando un precedente de vida democrática y de apertura ante un poder históricamente controlado por intereses conservadores, el Poder Judicial era el último reducto de la oposición a la cuarta transformación, sin embargo, gracias al pueblo de México, este poder cambiará y con el, la vida pública de México para continuar el avance de la transformación.
Los mexicanos vivimos una jornada también histórica, donde elegimos a los próximos juzgadores e impartidores de justicia en nuestro estado y en el país, a diferencia del viejo régimen, donde se simulaba que diputados y senadores elegían, pero se trataban de “dedazos” directos de los presidentes o gobernadores según cada estado, nos tocó ejercer nuestro sufragio con varios votos para ministros, magistrados y jueces de distrito, toda una baraja de coloridas boletas, que sí bien no se trató de una elección típica ni sencilla, sirvió para abrir el panorama de lo que se juega en este ejercicio democrático, los espacios que habían sido controlados por unos pocos y que durante muchos años, si no es que siempre, mantuvieron esos espacios de poder para ayudar a sus familiares y amigos, porque la impartición de justicia en México es una tarea pendiente, pero que ahora con el Plan C, se inicia una nueva etapa la cual es en el segundo piso de la transformación.
Aunque son muchos los ejemplos para destacar, es importante resaltar el origen mixteco, de Hugo Aguilar Ortiz, quien será el próximo presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, quien recibió más de 6 millones de votos y a quien la presidenta Claudia Sheinbaum reconoció por tener un amplio conocimiento, ser modesto y sencillo y contar con una enorme inteligencia y sensibilidad social. Ni hablemos del contraste con Norma Piña, ya pasará a la historia.
Ahora estos próximos importadores de justicia que iniciarán funciones en el mes de septiembre, deberán dar un ejemplo a México y al mundo de que puede haber un sistema de justicia diferente, que no esté basado en grupos de interés, en dinero de por medio y que este proceso electoral que, obvio, es perfectible y será mejorado en ocho años, es funcional.
Mientras tanto, la oposición derrotada intenta deslegitimar y desdeñar el proceso e incluso el derecho de los mexicanos al voto, se dicen demócratas y sin embargo expresan furiosos su malestar por el que los mexicanos podamos elegir a quienes imparten justicia, aún y cuando en los últimos meses de vida de este viejo poder judicial, se otorgar vergonzosos amparos para proteger intereses mafiosos y corruptos, tan solo un botón de muestra, el amparo que obtuvo el ex gobernador César Duarte para detener el desmantelamiento de los presones que retienen ilegalmente agua en una de sus propiedad, la presidenta lo dijo claramente, “el amparo no tiene sustento”.
Y así podemos continuar con muchos ejemplos de la falta de justicia y las acciones arbitrarias que emanan del viejo poder judicial, liberación de delincuentes, protección a mafiosos de cuello blanco, amparos para que millonarios no paguen impuestos ni se diga de la materia derechohumanista, la verdad es que lo que viene para México es muy interesante, el cambio lo hemos hecho entre todos y seremos testigos de la transformación de raíz de nuestra nación, debemos sentirnos orgullosos de ser parte de la historia, de ser parte de la cuarta transformación de la vida pública de México.

Añadir comentario
Comentarios