Durante la pasada administración del ex presidente Andrés Manuel López Obrador, la Cuarta Transformación realizó grandes cambios de fondo para comenzar a impulsar la verdadera transformación, sin embargo importantes reformas se quedaron a medio camino o fueron detenidas, debido a que desde el Poder Judicial, de manera burda e ilegal en muchos casos, a través de amparos y acuerdos entre distintos poderes fácticos y la oposición, entramparon muchos asuntos y detuvieron otras, como la reforma en materia de energía eléctrica; de esta forma desde el Poder Judicial se violentaba la voluntad popular, que a través del sufragio eligió a una mayoría de morena lo suficiente para llevar a cabo reformas que en la teoría debió suceder, sin embargo desde el Poder Judicial se “legisló” y de esta manera de imposibilitaron muchas iniciativas.
Aquí es donde entra el tema de la elección al Poder Judicial que actualmente avanza en su proceso, sin embargo, el punto es que los temas que quedaron pendientes para la primera administración de la 4T, aún es una tarea que debemos realizar y principalmente un tema que es de relevancia social y para la mayoría de las familias mexicanas, una exigencia que no se detuvo ante la justa necesidad de que se aplicara, hablamos de la disminución de horas de la jornada laboral, de las 48 a las 40 horas.
A casi un año de que la presidenta Claudia Sheinbaum fue electa, había quedado “en entendido”, que esa exigencia social no podría aplicarse en el gobierno de AMLO, por el tema del freno que la oposición mantenía desde el Poder Judicial, por lo que el justo reclamo había hecho eco en la palestra de la agenda por los derechos laborales en la 4T, sin embargo y aunque muchas personas, incluso al interior de nuestro movimiento veían “difícil”, este pasado 1 de mayo, nuestra mandataria anunció que se debería reactivar el proceso para que las 40 horas de trabajo a la semana se hagan una realidad.
El tema toma más relevancia que se haga en estos momentos de incertidumbre económica mundial por las actuales condiciones y la guerra arancelaria del presidente estadounidense Donald Trump, el cambio de polos en los mercados y las nuevas rutas comerciales de las industrias, se trata de un momento culmine para las distintas potencias económicas, pero también para los países que actualmente son parte de la producción y distribución, por lo que políticas de fondo social que impactan en la fuerza de trabajo, son un ingrediente más para esta situación de expectativa mundial.
México toma relevancia en el tablero mundial debido a la importancia comercial, económica y geográfica, nuestra vecindad con Estados Unidos y al mismo tiempo nuestra codependencia con su vida económica, sin embargo, la postura que ha tomado la presidenta con los berrinches de Trump, ha sido tema de análisis incluso en otras partes del mundo, donde se ve a México firme y digno y a la vez, como ejemplo para otros países en el actuar de la guerra comercial iniciada por el republicano.
En este cambio de tablero comercial mundial, donde todos los países replantean su función en la cadena mundial de suministro y consumo, México comienza a ser más visible, por ejemplo, para Europa, en estos primeros meses del 2025, nuestro país se ha convertido en uno de los principales destinos para la inversión internacional, por todos los factores ya expuestos, por lo que el tema de la reducción de horas laborales a la semana llama aún más la atención.
Es el momento indicado para que la situación de relación laboral entre empleadores y obreros sea subida a la mesa de negociación, donde México comienza a ser atractivo para estas nuevas inversiones que comienzan a moverse y que, el que los derechos laborales sean un tema relativo a los compromisos que se deben tener para los posibles interesados en que seamos un territorio de producción, se trata de una carta que tendrá gran relevancia en este nuevo futuro comercial internacional, “si a México quieren venir a invertir y producir, los derechos de los trabajadores deberán asumir”.

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